30 Sep Sacando a la luz los elementos estructurales de tu casa
¿Consideras que la iluminación en tu casa o local tiene el protagonismo que se merece? Mejor dicho, ¿estás aprovechando al máximo tu sistema de iluminación para dar protagonismo a los elementos estructurales de tu casa o sigues manteniéndolos a la sombra? Si hasta ahora no hayas priorizado un buen diseño de iluminación, que esté adaptado a tus necesidades y al ambiente que quieras crear en cada una de tus instancias, es el momento. Efectivamente, olvídate del concepto de luz como aquella bombilla que compraste una vez y que instalaste en tu casa, hoy en día la iluminación ha evolucionado y tiene capacidad de influencia sobre cómo te vas a sentir en un espacio concreto de tu casa y te va a permitir diferenciar las funciones de dicho espacio, ya sea de trabajo, de relax y bienestar, etc.
Principalmente podemos encontrar tres tipos de iluminación, aunque algunas tecnologías incorporan difusores que permiten fluctuar la intensidad lumínica creando un amplio espectro:
- Iluminación directa: Se utiliza de forma muy frecuente, ya que es la principal opción para crear espacios bien iluminados, como nos interesaría encontrar en lugares como la cocina o el baño. La desventaja de este tipo de iluminación, si no se complementa con otros tipos, es que genera sombras.
- Iluminación indirecta: Aquí las protagonistas son las luces LED, que suavizan el ambiente con un efecto más difuso y homogéneo. Si quieres informarte más al respecto, te recordamos que tenemos un blog que trata específicamente sobre esto: La magia de las luces leds.
- Iluminación mixta: Quizá la más ventajosa de las tres, ya que se trata de un sistema integrador en el que aprovechamos la intensidad de la iluminación directa y la calidez que la indirecta aporta para formar un equilibrio perfecto.
Además, no olvides que el tono de la luz que escojas es igualmente importante:
- Luz blanca: aparece como resultado de la suma de numerosas y diferentes longitudes de onda. Dentro de este espectro encontramos la luz azul, que en su forma natural resulta beneficiosa para la salud, principalmente por su papel mediador en los ritmos circadianos. Recomendamos utilizar estos tonos más fríos en lugares donde se requiere de una cantidad de iluminación importante para poder ver con claridad y mantenerse alerta. Este tipo de luz es la que llamamos «luz fría». En una posición intermedia encontramos la «luz neutra», que manteniendo los efectos de animosidad de la luz fría, es una muy buena opción para la iluminación genérica.
- Luz amarilla: se recomienda este tipo de luz para actividades que se vayan a realizar durante los períodos vespertinos y nocturnos, ya que no altera el ritmo circadiano y genera un ambiente armonioso y cálido. Es también llamada «luz cálida».
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